Mártires de Cans
 

Un año para olvidar  

El año 1916 fue desgraciadamente, un año lamentable en la Historia reciente de Nebra. El 12 de enero de ese año, en sesión cordinaria del Ayuntamiento de Porto do Son, se acordó repartir entre los vecinos los arbitrios municipales, o sea, repartir entre la población el déficit que resultaba en el impuesto para 1916 (9.381,71 Ptas.) así como una importante cantidad (5.259,35 Ptas.) correspondientes a la primera anualidad de la moratoria que la Diputación Provincial de A Coruña le otorga el 14 de enero de 1915.

Los ánimos entre la gente del Son estaban muy encrespados y tanto la Liga Agraria de Nebra como Protección Obrera de Porto do Son realizaban reuniones entre sus afiliados para informar de esta situación y las medidas que había que tomar. Los contactos entre la Liga Agraria y Protección Obrera se hacen cada vez más estrechos y se realizaban más a menudo.

La Liga Agraria en sesión extraordinaria de 2 de abril acuerda convocar a los vecinos para una manifestación al día siguiente. Este día cientos de personas acudieron a la manifestación que remató a las puertas del Consistorio. Nadie acudió a recibirlos. Los ánimos estaban aún más agitados. El día 5 de ese mismo mes la Corporación Municipal trató el tema y se acordó no atender las peticiones de los vecinos que consideraban injusto el pago de ese impuesto.

Las cosas a partir de entonces empeoraron, la indignación crecimiento y el desespero también. A primeros de mayo una comisión fue a entrevistarse con el Gobernador. Llevaron el propósito de conseguir que se revisara el reparto de los arbitrios, puesto que estaba hecho con injusta discriminación.

El Gobernador les dijo que se desestimaba la solicitud porque esa reclamación había debido hacerse en tiempo y forma. De regreso el desasosiego fue general ya que quedó perdida toda esperanza. Decepcionados, estaban decididos a no pagar y, en el peor de los casos, dispuestos la todo. Este sentimiento donde más se deja sentir fue en la parroquia de Nebra.

A mediados de julio la Liga Agraria acuerda una nueva manifestación en la que participen los vecinos de todas las parroquias. El día señalado se reunieron más de 3.000 personas que gritaban en contra de la Corporación Municipal y pedían la dimisión del alcalde, Severiano Martínez.

Ese mes se realizó otra manifestación de vecinos del Son, Noal, Nebra y Portosín con la finalidad de pedir la libertad de los cinco vecinos encarcelados el día de 3 abril, la raíz de la otra manifestación.

Después de estas manifestaciones el Ayuntamiento presentó la dimisión de todos sus cargos ante el Gobernador, incluido la del Alcalde. Esta dimisión no les fue aceptada. El 13 de septiembre se acordó instar al Alcalde que había confeccionado un listado de deudores y había nombrado un agente ejecutivo para realizar los embargos.

El Gobernador envió telegramas con instrucciones concretas al Alcalde y el jefe de la Guardia Civil para que hubiesen procedido con toda la mesura necesaria. Recomendó que se hiciera llegar a las gentes el aviso de que mejor sería que recurrieran por los medios legales contra todo lo que consideraran injusto en la seguridad de que si en el Ayuntamiento no se les atendía, él les daría toda la razón que tuvieran (cabe preguntarse por qué se desestimó el recurso que una comisión le había presentado en el mes de mayo?). Insistió en que la prudencia y la cautela en el empleo del procedimiento de energía era siempre preferible en conflictos de este tipo.

Obtuvo entonces garantía de que nada se haría que hubiese salido de esto incluso, salvo casos extremos, que se calculaba, con natural optimismo, que no se darían. La situación cada día se hace más tensa.

El 2 de octubre se procede a la cobranza por parte del ejecutor de la Justicia apoyado por uno bueno número de miembros de la Guardia Civil. Muchos vecinos hicieron efectivas las cuotas al notificarles el embargo. El Alcalde del barrio de Miñortos se resistió al pago y le embargaron una vaca. Se decide que el día 12 de ese mismo mes se procederá a realizar nuevos embargos.

El día 11 de octubre en el local de la Liga Agraria hay inquietud. Saben que comenzaron los cobros y los embargos. El primero será el alcalde de barrio, Xoaquín Sobrado Castelo, vecino de Cans. Durante la mañana del día 12 poco a poco va concentrándose gente en el puente de Cans. Allí acuden vecinos de todos los lugares de Nebra.

Se fueron concentrando al toque reiterado de un cuerno y el estallido de un cohete. Son más de cuatrocientas personas en su mayoría mujeres que acuden. Ante ellos en columna de a dos van llegando más de treinta guardias. Delante viene un capitán y dos tenientes. El capitán acompañado de un teniente se adelantó para pedir a los vecinos que se dispersasen. Los vecinos contestaron que no querían ser embargados.

En esto, un grupo de unas veinte mujeres y un chico se adelantaron del grupo. A partir de este momento las noticias son confusas para saber con exactitud lo que realmente aconteció. Unos dirán que fue la Guardia Civil quien efectuó los primeros disparos; otros dirán que fueron los allí congregados los que comenzaron y aquellos repelieron la agresión. En cualquiera caso el enfrentamiento se produjo y el lamentable es que haya habido tan alto número de víctimas.

El primero balance no pode ser más desalentador:  dos personas muertas, cuatro heridos muy graves y más de treinta con heridas de distinta consideración. Entre los heridos figuran también dos guardias.

Después de producirse estos hechos la Guardia Civil se retira a Portosín para proteger al Alcalde. Mientras tanto se le presta ayuda a los heridos. Los médicos de Porto do Son, D. Salustiano González y D. Antonio Facal se desplazaron a caballo incluso al lugar de los hechos para atender a los heridos.

Los de poca gravedad fueron llevados en carros al Son donde los atendieron el médico D. Carlos Pérez y los boticarios D. Ramón Lestón y D. Xoaquín López. Entre las personas que colaboraron en estas tareas cabe destacar al párroco D. Xosé Mira y el coadxutor D. Xosé Vinagre Olveira. Los heridos de mayor gravedad son conducidos al muelle de la Aguieira donde fueron embarcados en traineras para Noia. De allí fueron llevados a Santiago por la tarde en el coche de línea. Otros heridos llegarían a Compostela en la madrugada del día siguiente.

 
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